Tagore

Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas. (Tagore)

jueves, 16 de diciembre de 2010

¡Es Tiempo de Adviento!

Toya haciendo el Belén





 En un artículo del principio de la bitácora, me confesaba creyente. Hoy me reafirmo y además de ello soy practicante, por esta razón las fechas que se aproximan tienen un significado especial.
 Quiero escribir ahora para todos, creyentes, agnósticos, ateos y los pertenecientes a cualquier otra religión.
 Os aseguro que no me  va a resultar difícil porque al fin y al cabo voy a hablar de AMOR.
 Ese Niño que cumple años el 25 de Diciembre, nos dio un nuevo Mandamiento, “Que os améis los unos a los otros como yo os he amado”. Él no hizo distinción alguna entre aquellas personas a las que deberíamos querer, por este motivo jamás se me ocurriría hacerlo a mí.
 La Iglesia llama Adviento al tiempo litúrgico de preparación a la Navidad y que comprende las cuatro semanas que la preceden.
 Es decir durante esas cuatro semanas nos preparamos  para conmemorar el nacimiento de Jesús y considerando que este año el hecho de escribir aquí lo convierte en un poco especial para mí, quiero compartir con vosotros como lo hacemos mi familia y yo.
 La parte más importante es la espiritual, pero eso pertenece al ámbito de mi intimidad y quiero que siga siendo así.
 Como en la mayoría de hogares de nuestro país, sobre todo si hay niños, los preparativos se acentúan y se viven más intensamente.
 A mi nieta, hace tiempo que su padre mientras le da la cena, le pone el los villancicos del Cantajuegos de forma que se ha aprendido varios y no es raro oírla cantar mientras juega “Los peces en el rio”. A su abuela se le cae la baba y se la comería a besos.
 Este año es el primero que hace su belén y os aseguro que fue una tarde inolvidable. No sabía si poner el video del hecho por ser muy largo, y porque me veo muy mayor e irreconocible, mis hijos se ríen por ello, pero de verdad que cuando me miro al espejo me cuesta trabajo admitir que esa imagen soy yo. He de confesar que aparte de los años que tengo, son las secuelas que poco a poco va dejando la distrofia al verse afectados los músculos de la cara, sin embargo a mí me acompleja bastante.  Al final decidí que sí, que lo pondría y me serviría como ejercicio de humildad al aceptarme tal y como soy ahora y prepararme de esta forma para recibir al Amado. Cuando ya os canséis de verlo simplemente lo paráis.
 Respecto a lo demás tenéis que comprenderme, es mi nieta y me hace muy feliz. Esas figuras de plástico que ella maneja con tanta soltura son las que tenía su madre cuando era pequeña y que le regaló su abuelo paterno Fernando. Ella recordando las emociones vividas ha querido junto a Jóse su marido, que sus hijas conozcan esas sensaciones y al ver a su Toya como trajina, se les ríe el alma y a mí también.      
 Toya

No hay comentarios:

Publicar un comentario