Tagore

Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas. (Tagore)

martes, 23 de julio de 2013

Feliz aniversario. Nuestro Olivo


Hola cariño, es posible que creas que me olvidé de nuestro 41 aniversario pero ya ves que no es así, aunque eso sí te escribo con un poco de retraso.
El motivo ha sido este:
 
He tenido que reunir las fotos y esta concretamente ha sido la última al tener que hacer Paco el cartel con tu nombre. Pero ha merecido la pena porque ha quedado precioso.
Llamarle Diego a nuestro Olivo ha sido por dos motivos.
1-Está en casa en tu honor y porque hasta que me muera procuraré que en este hogar haya siempre algo de ti, aunque en este caso es algo nuestro, un sueño o una ilusión que compartimos juntos. Los dos tratamos de tener en  el jardín un olivo de cierto tamaño porque por su lento crecimiento no viviríamos lo suficiente para verlo grande.
Recuerdas, nos regalaron uno con 20 años pero se secó posiblemente porque venía demasiado podado y sin cepellón. Este es centenario y cada vez que lo miro te veo a ti, no solo, sino junto a mí.
El 2 de Julio del año de tu muerte puse la palmera que tanto te gustaba y que por cierto fue la única planta del vivero que te gustó y que íbamos a verla cada vez que comprábamos alguna, pero se quedaba allí porque decías que era muy cara.
Pues bien cariño, aquel primer aniversario sin ti y  sin poder contener el llanto me llevó Toya y compramos tú palmera. La plantamos con todo el amor del mundo en un lugar privilegiado, junto a la piscina, donde podíamos verla desde cualquier rincón.
 Era sólo tuya, al menos así lo sentía yo. Y al cabo de un tiempo descubrí que se había secado a pesar de darle todos los cuidados de que fui capaz. No pude evitar llorar al verla. Tuve la sensación de que te habías ido por segunda vez, parece que me decías: cariño no me ido, es que he muerto, por eso mi palmera no quería vivir.
Fue tan grande el dolor que nunca más traté de sustituirla por otra. Pero nene, el olivo no es sólo tuyo es de los dos y yo estoy viva, por tanto no puede morir por lo menos hasta que a mí me llegue la hora de hacerlo.
Me pregunto el por qué este árbol tiene un magnetismo tan especial para mí y creo tener algunas respuestas. Veras, leyendo lo que representa he encontrado muchos paralelismos entre él y nosotros.
 El más extendido es que una rama de olivo es el símbolo de la paz y prosperidad así como de sabiduría y victoria. Nosotros no es que fuéramos muy listos pero sí pacifistas.
Dicen que su tronco leñoso, agrietado y fuerte nos habla de generosidad, pues a pesar de ser vareado con energía, nos ofrece su fruto tan apreciado en nuestra cultura. Pues bien cariño, la Generosidad fue una de tus mejores cualidades y  por la que siempre te admiré, tú sabes que la admiración hacia el otro es uno de los componentes esenciales del Amor.
A sus pequeñas hojas de verde intenso por un lado y plata por el otro, se le atribuye una eterna dualidad, como nosotros que aún formando uno en esencia fuimos dos completos y distintos e independientes, tú y yo, dos perspectivas del Amor.
Sus frutos son como la esperanza de su preñez  femenina para dulcificar y calmar a los hombres. En nuestro caso, que mayor bendición que nuestra hija. Ella incluso antes de ser concebida se convirtió en nuestra esperanza de vida, para mí en un premio a tu generosidad al amarme y aceptarme como era.
Por mí estabas dispuesto a renunciar a engendrar vida y la vida te premió con la mejor de todas, nuestra hija. Y fuimos padres de una hermosa criatura.  ¿Sabes?, está más hermosa que nunca, es guapa por dentro y por fuera con ese brillo especial que da la maternidad. Espero que desde donde estás puedas verla, a ella y a su familia; Jóse su marido y Toya, Alba y Carmen sus tres hijas. Diego son preciosas, sanas y alegres y a mí me han devuelto las ganas de vivir que como le decía en su bautizo a nuestra nieta Toya, tenía un poco olvidadas.
Para los griegos, el olivo fue un regalo de la diosa de la Sabiduría a la ciudad de Atenas. Siempre consideré que mi marido tenía una mente clara aunque no le gustara leer. Otro punto por el que siempre te admiré.
Y por último para la Biblia es el gran árbol sagrado. Recuerda que hasta el mismo Hijo de Dios, Jesús, lo eligió para retirarse a meditar justo antes de que le detuvieran. Bajo un olivo el dolor le hizo sudar gotas de sangre, y bajo sus ramas acepto su misión: La Muerte por Amor a sus hijos. Junto al nuestro no quiero llorar mi soledad porque él me transmite tu presencia y será testigo de que mientras te recordemos no morirás del todo.
Ya ves, ahora comprendo por qué  este árbol ejercía un magnetismo especial sobre mí y nos gustaba tanto a los dos, aunque no supiéramos tantas cosas de él. Ahora te cuento cómo fue su historia hasta llegar a nuestra casa.
Este año pasó algo mágico.
Aproximadamente una semana antes del aniversario estaba con Carmen y Paco (ya estando tu hizo algún trabajo en el jardín ) y no sé ni cómo dijo que tenía unos olivos centenarios y que no eran muy caros.
 Los ojos se me abrieron como platos y empecé a preguntar sin parar. Efectivamente estaban dentro de mis posibilidades económicas y ya me conoces, cuando veo que puedo alcanzar un sueño ya no paro y pongo toda mi pasión y esfuerzo en hacerlo realidad.
 Recuerdo que le dije:
- “Paco el martes día 2 de Julio es mi aniversario de boda y me gustaría celebrarlo con uno de esos olivos. ¿Podríamos plantarlo ese día concreto?"
Sonrió y dijo que teníamos poco tiempo, pero que haría todo lo posible.
- Entonces vamos a hacerlo, pero quiero que sea una sorpresa para mi familia, por tanto hemos de hacerlo en secreto.
Diego ahora hay unos teléfonos inteligentes, en nuestra época eran sólo móviles para hablar, pero con los de ahora puedes mandar fotos y charlar al instante, de manera que nos podemos comunicar como si estuviéramos físicamente en el mismo lugar. Te cuento esto para que comprendas lo que sucedió.
Lo primero que he de dejar constancia, es que Paco se implicó en el proyecto de una forma tal que nunca podré agradecérselo bastante. Supo captar mi ilusión, mi alegría y yo diría que hasta mis emociones desde el primer instante.
 -¿Tiene WhatsApp?
-Estupendo, entonces esta tarde desde el huerto le mando unas fotos para que pueda elegirlo.
Efectivamente, por la tarde empezaron a llegarme toda una serie de imágenes con la planta en cuestión.
-Paco me gustan mucho pero no me hago idea del tamaño real que tienen, ¿puedes hacerte una foto junto a ellos para verlo?
Respuesta:            
 

-Ahora sí.
Había que ponerlo en maceta como estaban allí, pero el mantenimiento era muy complicado y le pregunté si había alguno que pudiéramos poner en la tierra.
 -Claro, son bastante más grandes y suben de precio.
-Ya Paco pero entre la planta y la maceta podemos poner uno grande.
-Tiene razón. Mire:






-¡Madre mía! Son preciosos. ¡Que tronco!
-¿Cuál es el que más te gusta?
-Creo que este, pero la maceta no deja verlo.



-Hazle una foto al tronco a ras de tierra y así me hago una idea.
-Espere:
 

-Me encanta Paco. ¿Cómo es de alto?
-Bastante más que yo. Este quedaría muy bien en la tierra.
-Vale, pues decidido, este.
-Mañana paso por ahí y vemos el sitio.
Al día siguiente mi amiga y cómplice de aventura Carmen , nos juntamos con Paco que no faltó a nuestra cita.
 Como él conoce muy bien la casa le dije qué sitio era el más indicado para ponerlo.
-Ha de ser uno donde pueda verlo y llegar a él con facilidad.
-Entonces ya lo tengo. Vamos llévame a aquella esquina. Ves, aquí. Quitas este naranjo seco y lo pones aquí.
-Si es buen sitio. Ya de paso arreglaré los mandarinos de este trozo y quedará muy bien pero he de medir el ancho que tenemos para asegurarnos que cabe el cepellón.
He de confesar que respiré cuando dijo que sí que había espacio suficiente.
-Bueno entonces vamos a concretar. Hay que hacer el hoyo el lunes, y llamaré a la grúa para traerlo el martes por la mañana a primera hora. Vendremos sobre las 9. Hay que cargarlo y desde allí tardaremos………sí, yo creo que sobre las 9 estaremos aquí.
 En eso quedamos, pero el lunes día 1 por la tarde estando con todas las mujeres de la familia en mi dormitorio, incluidos mi hermana y sus nietos Berta, Blanca y Bruno que pasaban aquí unos días y que compartían mi secreto. Como decía estaba hablando con nuestra hija, cuando oigo el sonido de mensaje en el WhatsApp y rápidamente lo miré.
 Casi di un salto en la cama. Esto es lo que vi:
 
 
 
 




Con el siguiente texto:
-“Llegaremos antes.
-A las 8 estaremos allí, en su casa, el olivo ya está cargado.



 
 
 
 
Nerviosa cerré el móvil y deseé que Toya saliera del dormitorio para decirle al resto que los planes se habían adelantado y enseñarles la foto que había recibido.
 La alegría de ver el árbol por los aires me desbordaba, reía nerviosa y empecé a pensar que tenía que hablar con Wissam.
El desayuno tenía que dármelo a las 7 y esto para mí era un madrugón. Además Toya nos iba a descubrir ya que no se iba a trabajar hasta las 8,30 pero la maquinaria se había puesto en marcha y ya no se podía parar.
 Por fin me quedé a solas con mis cómplices y les expliqué la situación. La reacción fue unánime: ¡Madre mía! Si ya está en el camión. Yo me levanto contigo. Llamadme. Y a mí, yo también y así todos, por lo que la comitiva de bienvenida al olivo iba a ser numerosa.
Al día siguiente, 2-7-2013, a las 7,45 ya estaba yo en el salón.
 Sonó el timbre de la puerta y salió a abrir Toya.
-Es Paco. ¿Y tú qué haces ahí?
-Esperarlo, contesté. Gracias a Dios no preguntó nada más.
Llamé a Wissam para que me llevara al sitio elegido seguida de Berta que ya estaba despierta.
-Toma mi móvil y haces las fotos de todo el proceso.
-Muy bien.
Y Berta de pie junto a mí fue haciendo el reportaje fotográfico.
Empezó a salir el resto de madrugadores y el ambiente era totalmente festivo. Allí estaba Paco con el camión y sus ayudantes. Empezó la operación descarga.
 
 
 
 
 
 
 





























 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Cuando vi este momento me emocione y pensé, ya estás en casa aunque no hayas tocado todavía la tierra, pero estás a este lado de la yedra.  
Miré el reloj y recordé aquel día de 1972. También tuvimos que madrugar porque tú Diego pusiste la boda a las 10. Mientras preparaban y hacían la plantación, no dejé de pensar en ti recordando aquellos momentos.
Mi cara debía reflejar mi alegría porque “Carmen amiga” dijo:
- Paco hoy has hecho feliz a esta mujer. Con ella había hablado mucho de lo que significaba este árbol y en este día, por eso estaba emocionada como yo y te imaginaba allí dirigiendo la operación.
-Me alegro.
 Aquí estaba ya en el hoyo y buscaban la mejor posición.




















































































 


 Entonces apareció Toya para ver si podían quitar el camión ya que tenía que irse a trabajar. La sorpresa fue tal que apenas dijo nada. Miraba y me dijo: se va a secar.
-Este no, contesté. Tiene todo el cepellón y Paco dice que no.
Se fue justo cuando estaban terminando la operación. Quedó perfecto.
-Paco nos falta una cosa. Me gustaría poner una tablilla con el nombre de Diego y la fecha de hoy por la parte de atrás.
-No se preocupe que en mi casa me quedan de las mismas que hicimos la puerta para que no pasaran las niñas y yo se la haré.
Diego, este hombre cuidó tanto todos los detalles que días después me trajo a casa unos folios con tu nombre para ver si esa era la caligrafía que me gustaba y  el tamaño que quería.
 Gracias Paco por todo
Bueno cariño este último complemento fue lo que retrasó mi escrito.
Poner el cartel con tu nombre tenía para mí doble función: Era mi regalo para ti y además todo el que pasara por su lado de una forma inconsciente y sin poder remediarlo, repetirían al menos mentalmente, Diego.
Así ya no sería yo sola la que repitiera tu nombre cada vez que viera nuestro Olivo.
Este es el resultado.
 
 
 
Felicidades cariño. Te quiero.
                             Toya