Aunque por culpa de un virus no pude publicarlo, en el 14 de Febrero es casi obligado que hablemos de Amor
Posiblemente este tema sea uno de los temas que más se ha hablado, analizado, cuestionado, definido e idealizado a lo largo de todos los tiempos, e incluso se le ha dedicado todo un día para él sólo.
Aunque el día de los enamorados, se crea que fue un invento de unos grandes almacenes para hacernos comprar un regalo para nuestra pareja, nada más lejos de la realidad.
Su origen se remonta a los romanos, quienes ya en el siglo III, el 15 de Febrero celebraban unos rituales para combatir la esterilidad. Esto conllevaba a la práctica del sexo como último eslabón de la cadena ritual.
Sin embargo en el siglo IV, el papa Gelasio I la prohibió al considerar que era una fiesta demasiado bárbara y pagana. La forma de contrarrestar aquella costumbre, fue la de pasar esa festividad al día 14, fecha en la que se conmemora San Valentín, quién según la leyenda amén de martirizarlo por no querer renunciar a su fe, también lo fue por casar en secreto a muchas parejas, cosa prohibida por el emperador romano Claudio II.
Pues bien a pesar de ser tan antiguo este sentimiento, todavía nos seguimos preguntando ¿qué es el amor?
En realidad lo que sí sabemos es que pertenece en parte al mundo emociona y en parte a la fisiología.
También la ciencia se ha ocupado de estudiar qué es el amor. Concretamente la Psicología, cuyo objeto de estudio es el hombre mentalmente sano, se ha ocupado de ello. Por ejemplo en la teoría del amor de Hatield y Rapson lo analiza de una forma bastante interesante.
Aunque hay personas a las que le parece una estupidez la manía de dedicarle un día a casi todo, lo cierto es que han conseguido que al menos durante ese día se hable del tema.
Por tanto hablemos de Amor.
Es un tema que me apasiona, precisamente porque hasta ahora nadie ha conseguido definirlo con exactitud. Si preguntamos a nuestro entorno es posible que cada persona ponga el énfasis en un componente del mismo por ejemplo la fidelidad, pero eso por sí solo no es Amor, y así pasaría con el resto.
Personalmente lo único que puedo decir es que he tenido la fortuna de conocerlo. Una de las cosas que apoyan mi afirmación es que cuando trato de explicar qué es, mi mente empieza a trabajar y no encuentro palabras apropiadas para definir el TODO, siempre tengo la sensación de que vocablo describe sólo una parte.
Otras veces, pensando en Diego, mi amado, me salen frases a borbotones tratando de describir todas las emociones que sentí y viví junto a él, y me sigue pasando lo mismo. Con él conocí las mariposas en el estómago, el sentir que un día estaba lleno porque lo había visto pasar de lejos, la ilusión, pasión, ternura, celos, risas, llanto, desazón, compromiso, complicidad, seguridad, paz y muchísimas cosas más, incluso ahora he tenido que conocer la dolorosa ausencia que me hace añorar tiempos pasados con todo lo bueno y todo lo malo.
Y también he de confesar que después de tanto tiempo sin él, cuando vienen sus recuerdos me encuentro sonriendo sin saber por qué o llorando por la misma razón.
He comprobado que el Amor también es egoísta hasta tal punto que en ocasiones más que su ausencia, me duele que él ya no me necesite para nada y a mí me hace falta para todo.
Últimamente no dejo de pensar no en qué es, sino cuando nació. Me pregunto en qué época de la evolución humana apareció. Se han descubierto restos arqueológicos que nos explican cómo vivían en tal o cual época. Estudios que se remontan miles de años atrás, pero ningún arqueólogo ha encontrado restos en los que se acrediten la existencia de emociones.
Parece ser que los sentimientos no dejan huella en los fósiles, aunque en el hombre actual lleguen a marcarle tanto que a veces se llegue al suicidio por ellos.
Pero insisto, me encantaría saber que hombre soñó con una mujer, o que mujer sintió angustia temiendo por la vida de su cazador sin importarle si traería comida o no. En qué forma influyó la vida emocional incluso en la selección de las especies.
Sería curioso saber si sólo les importaba el perpetuarse en su descendencia o había algo más. En fin, me alegro de vivir en esta época porque amén de los adelantos que nos proporcionan bienestar, sentimos, lloramos, reímos y sobre todo AMAMOS.
Toya
